lunes, 10 de mayo de 2010

MI CONFRONTACIÓN CON LA DOCENCIA

Mi nombre es María Guadalupe Martínez Santoyo, estudie la licenciatura en sociología en la Universidad Autónoma Metropolitana, plantel Xochimilco.
Cuando elegí la carrera pensé en el área de Ciencias Sociales. Porque al observar los problemas que ocurrían a mí alrededor me intereso entenderlos.
A decir verdad nunca paso por mi mente ser profesora de bachillerato, y mucho menos de Estructura Socioeconómica de México o de Ciencias Sociales.
Cuando yo estudiaba; mí profesor de Teoría trabajaba en una fundación Alemana y nos llevó a conferencias enfocadas al proceso productivo y pensé que eso determinaría mi rumbo profesional. Pero no fue así, años después cuando terminé la carrera y me titule; hice el servicio social, en el Instituto Nacional Para la Educación de Adultos (INEA), en el área de materiales didácticos y cuando termine este; me dieron un reconocimiento con una mención honorífica al mejor servicio del año. Recuerdo que ese mismo día una compañera de la universidad me llamó por teléfono, y dejo un recado; el cual decía preséntate mañana en el plantel 13 de Bachilleres hay grupos; lo comente con mi esposo y él me motivo para aceptar; yo tenía mucho miedo, pero tome la decisión de ir, hice el tramite reglamentario, y en una semana ya estaba dando clases de Sociología. Previamente mi jefa de materia me dio el programa de estudio, y realice apuntes de los temas; y cuando estaba frente a grupo, y después de presentarme lo primero que se me ocurrió fue dictar, de acuerdo a los objetivos de tema, cosa que recuerdo y me da vergüenza. A partir de ese momento inicie mi formación docente porque reconocí que era una tarea difícil.
Son 17 años de trabajo académico y desde entonces comencé mi preparación docente a través de cursos de actualización que la institución me ha ofrecido.
He tenido interés por prepararme en el aspecto metodológico, disciplinario, psicopedagógico, en comprensión lectora, análisis de programas, dinámica de grupos, proyectos institucionales etcétera. Y ha sido por la importancia que tiene el ser docente sin serlo. Así es como voy adquiriendo identidad como profesora, al contar con elementos para llevar acabo el proceso de enseñanza –aprendizaje, ya que eso me da seguridad y satisfacción en el trabajo que realizo con los estudiantes.
Para mí ha sido muy importante dar clases a nivel bachillerato porque trabajar con jóvenes implica retos; primero tener la capacidad de comprender su proceso de cambio propio de la adolescencia y segundo; tener la capacidad de crear acciones que logren motivarlo para que pueda percibir conocimiento significativo.
Por último lo que me motiva a seguir mi formación docente, es cuando recibo visitas de ex alumnos y me dicen maestra; gracias por lo que me enseño, ya termine mi carrera, soy sociólogo, o médico, contador etc.
Eso me llena de orgullo, y pienso vale la pena seguir adelante y actualizarme en lo que venga.

1 comentario:

  1. Compañera Guadalupe, no hay mejor alegría que sentirse satisfecho con lo que uno siembra. Sin duda tus enseñanzas han sido provechosas por todos tus exalumnos que han alcanzado la meta de ser profesionistas o haber terminado una carrera y que mejor, que sean profesionistas propositivos y con servicio a la sociedad.
    Recibe mis felicitaciones.

    ResponderEliminar